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ToggleLos postbióticos son sustancias que permanecen en el alimento fermentado, cuando las bacterias que las ha producido ya no están vivas.
De bacterias vivas a componentes de bacterias muertas con beneficios potenciales para la salud
Los alimentos que incluyen en su composición elementos que pueden ser beneficiosos para nuestra flora intestinal, podemos dividirlos en tres grupos por orden de importancia.
- Los que contienen microorganismos probióticos vivos.
- Los que puedan aportar prebióticos. Que son nutrientes para alimentar a los probióticos de nuestro intestino.
- Y últimamente los Postbióticos
Recientemente, se está investigando sobre esta serie de elementos que al parecer tienen importantes ventajas nutritivas.
Si probióticos significa pro-vida, o sea, elementos vivos, prebióticos son los nutrientes para esos microorganismos vivos.
Los postbióticos, por una parte son componentes que formaron parte de las bacterias fermentativas y que permanecen en el alimento aun después de haber sido desactivadas una vez hecha la fermentación.
Pero también y aún más importante, son todos aquellos elementos resultantes de la actividad metabólica que originaron en su desarrollo y que pueden quedar como parte del alimento, aún tras los tratamientos culinarios.
Esta reciente apreciación de los beneficios implícitos en los alimentos que han sufrido una fermentación, abre un importante campo de reconsideración sobre las ventajas nutritivas que nos pueden aportar los alimentos previamente fermentados. Y esto será así, aun cuando tras algún tratamiento, hayan sido desactivados los microorganismos responsables de esas transformaciones.
En ese caso, contaremos con una especial serie de nutrientes, que resultaron tras la actividad microbiana en el alimento fermentado, además de los elementos que formaban parte de los mismos microorganismos que produjeron la fermentación.
La relación de los nutrientes que pueden aportar los alimentos que contienen postbióticos:
Vitaminas de los grupos B y K. La vitamina K es muy importante para la coagulación sanguínea y el mantenimiento de los huesos, entre otras muchas cosas.
Aminoácidos como triptófano, tirosina y fenilalanina.
Las Vitaminas y aminoácidos son productos metabólicos resultantes de las reacciones de bacterias intestinales.
Ácidos grasos de cadena corta (AGCC) como acetato, propionato y butirato. Se producen cuando la fibra y el almidón son fermentados por los microorganismos.
Ácido Linoleico Conjugado CLA. Sirviéndose de la grasa presente de los alimentos en los que hayan fermentado los azucares, utilizan el ácido láctico que generan como precursor de ácido linoleico conjugado. Así las bacterias lácticas crean este componente bioactivo, nutricionalmente favorable. (Lácteos no desgrasados y embutidos crudos curados).
Péptidos antimicrobianos como defensinas y bacteriocinas que permiten modular el sistema inmune y constituyen un puente entre la inmunidad innata y la inmunidad adaptativa.
Neurotransmisores como GABA, serotonina, acetilcolina. Sirven para que se produzca la sinapsis química entre las neuronas. Son los que se encargan de recibir la información y posteriormente enviarla a los receptores de la célula que ejecutará las funciones.
Enzimas, proteínas complejas. Compuestos mayoritarios de la membrana externa de muchas bacterias como los Lactobacillus y Bifidobacterium.
Ácidos grasos de cadena corta (AGCC) como acetato, propionato y butirato.
Los alimentos que pueden aportar postbióticos son:
Aceitunas pasterizadas, salazones tratadas por calor (cocinadas), yogur utilizado en repostería, cervezas (mejor sin filtrar), vinos o embutidos crudos curados pasado un cierto tiempo, entre otros.
Como decimos, los postbióticos son fragmentos de estructuras microbianas, que se han desactivado para detener la fermentación y los productos que han resultado debido a su metabolismo.
Por tanto, los alimentos más ricos en postbióticos serán aquellos que hayan sufrido una previa fermentación.
Aunque los microorganismos fermentativos dejan de ser probióticos vivos.
Por: José Antonio Barroso.
José Antonio Barroso, fundador del Grupo Microal-Tecoal, nos ofrece una descripción precisa sobre la perfecta simbiosis ancestral entre el ser humano y los probióticos, de la que nos hemos beneficiado inmensamente de forma mutua y gracias a la cual somos lo que hoy somos, como especie y como civilización.